Deu 10:16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Es una verdad bíblica que las cosas que se ven, son una manifestación de las que no se ven.
Dios nos diseño con un alma y un espíritu que no son visibles ni palpables, pero nos dio un cuerpo para poder manifestar y darle expresión a nuestro espíritu y a nuestras emociones.
Es por eso que la alegría, la tristeza, el enojo, la amargura, el amor, el odio, el rencor y en fin todos los sentimientos, emociones y actitudes internas se manifiestan de manera visible y palpable por medio de nuestro cuerpo. Es por eso que un corazón gobernado por la soberbia, el orgullo y la altivez se manifiesta de manera visible en las expresiones corporales, como por ejemplo los ojos, el rechinar de los dientes, el seño fruncido o un cuello rígido.
En la biblia cada vez que se habla de la dureza de cerviz, el término evoca a una actitud de terquedad, de dureza y desobediencia.
La cerviz es la parte posterior del cuello, lo que conocemos como nuca. Por lo tanto la dureza de cerviz tiene que ver con un cuello rígido, erguido e inflexible, que no se dobla.
Has visto la posición rígida en el cuello de una persona altanera, engreída o gobernada por un corazón soberbio. Sencillamente ese lenguaje corporal es la manifestación de su condición y realidad interna.
La actitud de obediencia, sometimiento y respeto a la autoridad se deja ver en una cerviz que se dobla, se inclina, o se baja como señal de disposición a doblegar la voluntad propia. Es un acto que manifiesta humildad y una determinación de deponer el orgullo y permitir de manera voluntaria el gobierno y la autoridad de Dios.
Nuestra adoración a Dios se manifiesta por medio de una total disposición a someter y rendir nuestra voluntad al señorío y gobierno Cristo en nuestras vidas. Es un acto de entrega y renuncia a nuestro orgullo y a nuestra propia prudencia, con el fin de prestar oído a la voluntad y las palabras de Dios. Es una determinación firme de obediencia donde abandonamos toda actitud altiva y soberbia. Ahí quebrantamos la rebelión la necedad y la terquedad del corazón para someternos sin reservas y con prontitud a la autoridad y voluntad de Dios.
Quiero retarte mientras lees esta nota para que te presentes ante Dios, renuncies al orgullo, a la altivez, a la soberbia, a la autosuficiencia, a la independencia, a la terquedad y a la dureza de cerviz.
Te bendigo y declaro sobre ti un corazón humilde, gobernado por la obediencia y sometido al señorío de Dios. Una cerviz flexible cuya rigidez fue quebrantada y se ha doblado ante la autoridad de Dios.
Mat 6:10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
La adoración es una voluntad doblegada y sometida al señorío de Dios.
Pastor Minor Ceciliano
Comunidad Internacional de Adoradores
Estableciendo Adoracion en las Naciones
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Tel:(506)2230-1470