Apo 4:10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
Apo 4:11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
En el escenario celestial la adoración se desarrolla alrededor de un trono y a los pies del que está sentado en ese trono. Aquel, quien está por encima de todo y de todos.
El gobierno y la autoridad de Dios en el cielo, se establece ante la actitud de seres celestiales que al contemplar la majestad del que está sentado en el trono, reconocen en Él una autoridad suprema y excelsa ante la cual se postran y se someten, movidos por el respeto y la reverencia que brota como resultado del impacto de la grandeza que emana de la presencia de Dios.
Una de las connotaciones más importantes de la adoración es el reconocimiento del señorío de Dios.
La adoración en su esencia es doblegar la voluntad y el control a una autoridad superior.
Terminas postrado y rendido ante aquello que adoras y te sometes ante la autoridad de quien adoras.
El gobierno y señorío del Altísimo se establece en esta tierra cuando hay una revelación y un reconocimiento de la autoridad suprema del que es llamado Rey de reyes y Señor de señores.
Ante este reconocimiento la voluntad es sometida y el corazón es doblegado ante la soberanía de Dios.
Este sometimiento lleva al ser humano a humillar el corazón ante la máxima autoridad. Esta actitud de humillación se manifiesta en una obediencia y sumisión absoluta a la autoridad divina.
Cuando estudias la cultura y la vida de una nación, o de una tribu o de una etnia, o de un pueblo, inmediatamente te das cuenta que hay un dios un ser supremo a quien se le rinde culto o pleitesía, e inmediatamente descubres que ese ser a quien adoran es quien los gobierna. Es que así funciona el diseño de la adoración, el adorador es gobernado por aquello que adora.
La estrategia de Satanás por medio del sistema idolátrico en las naciones ha sido establecer su trono tras los dioses paganos que adoran los pueblos y que le otorgan el poder y la autoridad para gobernar y someter las naciones bajo su dominio.
El reino de Dios es establecido en esta tierra cuando el ser humano reconoce acepta y confiesa el señorío y la soberanía del Altísimo y único Dios, ante quien caemos postrados y humillados al contemplar nuestra pequeñez frente a la grandeza y magnificencia de aquel que está sentado en un trono alto y sublime, cuyo reino y dominio es eterno sobre todo lo creado.
De manera que nuestras canciones, nuestras confesiones, nuestras declaraciones, nuestras expresiones físicas cuando nos postramos ante la presencia de Dios, deben ser la manifestación de un corazón rendido, doblegado, sometido y humillado a la autoridad y el gobierno del Eterno.
El gobierno de Dios entre los hombres será establecido en la medida en que sea restaurado e implantado el sistema de la verdadera adoración
Mat 6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Lo que adoras te gobierna!
Pastor Minor Ceciliano
Comunidad Internacional de Adoradores
Estableciendo Adoracion en las Naciones
Email: minorceciliano@hotmail.com
Tel:(506)2230-1470