Cuando el alma se cansa

Cuando el alma se cansa

Hay momentos en la vida en los que el alma simplemente se cansa. Te esfuerzas por mantener la sonrisa, por seguir luchando, pero por dentro llevas un peso que pocos ven. Las circunstancias te abruman: problemas familiares, dificultades económicas, enfermedades, decepciones, o simplemente el desgaste emocional de una lucha prolongada en el tiempo. Y lo peor es que muchas veces, no encuentramos una salida rápida.

En esos momentos, es fácil sentirse solo. Es fácil pensar que Dios está lejos, que tal vez ya no escucha, o que te ha dejado lidiar con todo por tu cuenta. Pero eso no es verdad, Jesús conoce tu dolor, Él no solo lo ve desde lejos; Él caminó entre nosotros, sintió el cansancio, las lágrimas, el abandono… y aún así, ofreció descanso.

Mateo 11:28 dice “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

“Venid a mí” no es una orden dura ni una exigencia, es una invitación amorosa, es el corazón del Salvador diciendo: “No tienes que hacerlo solo”. Él no está buscando gente fuerte, está llamando a los quebrantados, a los cansados, a los que han perdido las fuerzas pero aún tienen fe suficiente para decir: “Señor, aquí estoy”.

El descanso que Cristo promete no es simplemente físico. Es descanso para el alma, es esa paz que te hace dormir en medio de la tormenta, que te permite confiar aunque no veas una solución inmediata. Él no siempre cambia la situación de forma instantánea, pero sí cambia y prepara tu corazón en medio de esa situación.

Dios te recuerda hoy que tu historia no ha terminado, que no todo está perdido, Él no te ha soltado. Puede que no entiendas el proceso, pero puedes confiar en que su presencia está contigo, aún en el valle más oscuro.

Kenneth Madriz

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *