La vida es un constante servicio de unos a otros. Si hablamos específicamente de los hogares:
– Alguien debe trabajar para tener dinero y poder cubrir las necesidades básicas de alimentación y otros gastos.
– Alguien debe salir a hacer compras y alguien debe ordenar todo lo comprado.
– Alguien debe preparar el desayuno, el almuerzo, la cena.
– Alguien debe recoger los platos y lavarlos.
– Alguien debe barrer y limpiar la casa.
– Alguien debe ordenar las camas.
– Alguien debe sacar la basura.
– Alguien debe dar mantenimiento a los baños.
– Alguien debe clasificar la ropa sucia y lavarla.
– Alguien debe doblar la ropa cuando ya está seca.
– Alguien debe acomodar o guardar la ropa limpia.
– Alguien debe planchar la ropa.
– Alguien, alguien…. siempre debe haber alguien!!!
Cuando salimos de la casa, es lo mismo! Siempre debe haber alguien que nos traslade de nuestras casas al hogar, alguien que esté regulando el tráfico, etc etc…
Pero enfocándonos específicamente en el trabajo en nuestras casas:
Que importante que ese alguien no siempre sea la misma persona.
Que importante que como familias podamos distribuir las tareas del hogar para alivianar cargas de trabajo.
Que importante que todos tegamos esa actitud de servirnos entre todos y también de agradecer.
En este tiempo, no olvidemos la gran lección de humildad que nos dejó nuestro Señor Jesús.
No olvidemos ser humildes para servir y agradecidos con los que nos sirven.
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
