Nuestra vida está llena de transiciones: desde la concepción, niñez, adolescencia, adultez, hasta la muerte. Algunas transiciones son naturales e inevitables, otras son opcionales, otras necesarias y dependientes para alcanzar nuestras metas y propósitos de vida. Israel atravesó una serie de transiciones previo a alcanzar la promesa de la tierra prometida, experimentaron algunos momentos de estabilidad, abundancia, pero también escasez, maltrato, esclavitud, luego liberación, provisión, gozo, luego confusión, estrés e incertidumbre (situaciones como las que muchos atravesamos en estos tiempos). Una transición que estaba programada para completarse en quizá menos de dos meses de travesía saliendo de Egipto hacia Canaán, se convirtió en 40 años de desierto a causa de algunas acciones y actitudes equivocadas que nosotros también debemos evitar en esta travesía de la vida: desobediencia, falta de fe, murmuración, falta de honra, poco agradecimiento y queja (Números 14:26-30)